¡Hola a tod@S! Soy Moni, una futura “seño” de
educación infantil que vive en Valencia desde que nació, hace 24 años. Me
encanta ir en bici, estar con los que quiero, sonreír rodeada de peques y
cocinar muchas tartas y pasteles!
Considero que toda
experiencia con la educación física comienza cuando nacemos y que conforme
vamos creciendo, vamos adquiriendo un mayor conocimiento y dominio sobre la
misma.
Mi familia dice que
cuando era pequeña era una niña “muy movida y nerviosa” y desde que empecé a
andar a mis 9 mesecitos siempre estaba correteando y dando saltitos por todos
los lados. En el cole cuando era pequeña me encanta hacer “gimnasia” ya que eso
me ayudaba a descargar todo mi nervio y luego en el parque, dicen que nunca
quería volver a casa y que siempre pedía quedarnos un ratito más. Lo que
ocurrió cuando empecé a crecer y a ir “al cole de mayores” en primaria, fue que
me convertí en una niña muy miedosa que tenía pánico a caerse o a hacerse daño,
así que la asignatura de educación física dejó de gustarme bastante ya que me
daba miedo saltar al potro, correr, los balones o hacer el pino. Siempre he
sido una miedosa y una exagerada. Otra cosa que recuerdo como negativa y que me
provocaba ese disgusto hacia la asignatura era que los profesores impartían las
clases de forma muy instructiva, sin juegos, dando órdenes y castigando a los
que no realizaban adecuadamente los ejercicios o iban mas atrasados que el
resto de compañeros.
Aun no gustándome la asignatura, mis padres procuraban que hiciese ejercicio practicando otros deportes para no cogerle apatía a la educación física así que para empezar me apuntaron a judo, pero miedosa como siempre, el miedo a que me golpearan me hizo pedirles que me desapuntaran. Lo siguiente que hicieron fue apuntarme a ballet, y al ver que me encantaba bailar y que a ese deporte no le tenía miedo y me gustaba decidieron apuntarme también a aerobic y a gimnasia rítmica. Cuando tenía 12 años, de detectaron diabetes mellitus tipo 1 y la dieta, la insulina y como no, el deporte pasaron a ser imprescindibles en mi vida. Como el baile ya me aburría, me apuntaron a natación y desde entonces nadar y bucear me encanta. Se puede decir que conforme fui creciendo, nunca me gustó la asignatura de educación física en el colegio ya que siempre se me han dado mal la mayoría de deportes, por miedosa y además por patosa.
Al estudiar el ciclo superior de educación infantil, empezamos a estudiar el desarrollo motor infantil así como la psicomotricidad y comenzamos a realizar divertidos juegos y actividades para favorecer el desarrollo psicomotriz de los niños y niñas… y eso si que me encanta! Creo que en esta profesión voy a presenciar, favorecer y compartir el crecimiento y desarrollo de muchos peques, lo que implica por supuesto educarles en el movimiento de su cuerpo y de su desarrollo motor. Creo que va a ser fantástico.
Aun no gustándome la asignatura, mis padres procuraban que hiciese ejercicio practicando otros deportes para no cogerle apatía a la educación física así que para empezar me apuntaron a judo, pero miedosa como siempre, el miedo a que me golpearan me hizo pedirles que me desapuntaran. Lo siguiente que hicieron fue apuntarme a ballet, y al ver que me encantaba bailar y que a ese deporte no le tenía miedo y me gustaba decidieron apuntarme también a aerobic y a gimnasia rítmica. Cuando tenía 12 años, de detectaron diabetes mellitus tipo 1 y la dieta, la insulina y como no, el deporte pasaron a ser imprescindibles en mi vida. Como el baile ya me aburría, me apuntaron a natación y desde entonces nadar y bucear me encanta. Se puede decir que conforme fui creciendo, nunca me gustó la asignatura de educación física en el colegio ya que siempre se me han dado mal la mayoría de deportes, por miedosa y además por patosa.
Al estudiar el ciclo superior de educación infantil, empezamos a estudiar el desarrollo motor infantil así como la psicomotricidad y comenzamos a realizar divertidos juegos y actividades para favorecer el desarrollo psicomotriz de los niños y niñas… y eso si que me encanta! Creo que en esta profesión voy a presenciar, favorecer y compartir el crecimiento y desarrollo de muchos peques, lo que implica por supuesto educarles en el movimiento de su cuerpo y de su desarrollo motor. Creo que va a ser fantástico.
Un dato curioso, es que
siempre le he tenido pánico a ir en bici, ya que cuando era pequeña me encanta,
pero al crecer un poco y quitarme las ruedas de atrás para ser “como los
mayores” me caí y ya nunca volví a montar. Al cumplir 19 años, me di cuenta de
que realmente era un reto por resolver y de que me encantaría salir con la bici
a pedalear por la ciudad y por los jardines para sentirme libre, así que le
pedí a mi padre y a mi hermano que me enseñaran a ir en bici. Después de
superar el miedo y de unos cuantos sustos y caídas aprendí a ir en bici y ahora
es una de mis aficiones favoritas! A veces es necesario arriesgarse, ser
valiente y superar el miedo. Eso es, en mi opinión, una de las cosas que nos
caracteriza como personas.